domingo, 23 de noviembre de 2008

Flores

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Las flores buscaban la manera de que no les duela, pero ella las seguía cortando, buscando cierto alivio, o tal vez algún entretenimiento mientras esperaba la llegada de su amado en el jardín en primavera.
Dos blancas, una amarilla y tres magentas formaban el pequeño ramito en su mano, que danzaba en el cielo mientras sus labios articulaban la más bella de las melodías.
Se acostó en el pasto, dejó caer las flores en su vientre donde podía sentir la vida tomando forma de a poco, creciendo en su interior, llenándola de expectativa y de amor.
Un vestido blanco la cubría con frescura, flores en su pelo, un aura radiante de futuro incierto y presente libre, de sonrisas sinceras y besos apasionados.
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