sábado, 29 de agosto de 2009

Jueves AM

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Señor, ¿a dónde fueron sus sonrisas esta mañana?
El viento nocturno parece habérselas robado.
¿O acaso se fueron con la luna, que también sonreía?
No me contestó, señor, ¿qué trajo las nubes esta mañana?
Está bien, me iré ya. Puede llover tranquilo.
Me embarco en este viaje, me convierto en parte del paisaje.
¿Llegaré alguna vez a la paz de las calles de mi barrio?
Ya puedo ver las casas aún descansando en esta tibia mañana.
Ya huelo sus verdes y flores aguardando la primavera, y el cielo rosado en el horizonte.
Ya oigo el silencio de las calles de mi hogar.
Ya falta poco.
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